Como este blog es sobre la pasión al punto de cruz, de lo primero que debería hablar es de los proyectos que realizo, ¿verdad? También quiero dedicarle espacio a la gente linda que ha llegado a mí gracias a ellos.
Pensando mucho por donde comenzar, decidí que lo haría con el único proyecto en grupo que no
Se trata de un costurero muy hermoso que escogimos entre todas las chicas inscritas, de dos opciones que nos dio Mayté. Confieso que no fue por el que voté, pero ya estoy enamorada de él.
Al dar los primeros pasos del SAL, con la compra de materiales, me doy cuenta que me va a ser imposible participar, porque no tengo posibilidades de comprar en el exterior, así que imposible tener el patrón y la tela de lino.
Con mucha pena, escribí un mensaje al grupo avisando que no podría, dando las gracias por la oportunidad y pidiendo que no me sacaran, para por lo menos ir aprendiendo. Pues resulta que la respuesta fue de lo más inesperada para mí. El mismo día que mandé el mensaje varias de las chicas se solidarizarón conmigo, en especial Mayté quien propuso que podiamos hacer un trueque, tarea que aun tengo pendiente por concretar. También me contestaron dos maravillosas mujeres: Carmela y María Victoria, cada una ofreciendome directamente la tela y el patrón. Aunque me escribieron por separado, resulta que ¡¡¡ ambas viven en Málaga y además son amigas!!! Cuando Diosito pone su mano no hay manera y esta vez fue mucho más allá...
Ellas se pusieron de acuerdo para comprarme la tela, pero cada una por su lado me llenó de sorpresas...
Primero llegó la fabulosa caja de MariVic, un verdadero baúl del tesoro:
Poco a poco fui sacando cositas y cosotas... gritando y brincando cada vez como niña chiquita... Mi hija Sabrina quien tiene un añito, estaba conmigo en ese momento, me miraba asombrada y me ayudaba a gritar...
Miren todo lo que había adentro
Les cuento en el orden que saqué las cosas...
Las telas ahhhhhhhhhhhhh, las telas!!! Solo las bordadoras podemos entender la emoción y
Deje en último lugar cuatro detalles que fueron la guinda del helado: Un dedal de porcelada con el escudo de
Ya tenía mi maravillosa tela del Sal... aun faltaba la sorpresa de Carmela....
Esa se las cuento mañana...